
La carrera del sábado se desarrolló en óptimas condiciones climáticas y en las categorías inferiores presentaba un mapa con recorridos cortos donde primaba la velocidad; en las categorías superiores, aumentaba claramente la dificultad técnica al llevar a los corredores más hacia el este, hacia zonas más abruptas. La carrera larga del domingo se desarrolló bajo condiciones climatológicas inestables y presentaba en el mapa dos zonas bien definidas, como ya lo anunciaba el trazador de la carrera: una zona al sur de pinar de repoblación, limpio pero con accidentes orográficos significativos que obligaba a una carrera técnica, y otra zona al norte de robledal con abundancia de vegetación pero que no impedían llevar a cabo una carrera rápida; la combinación de las dos vertientes de clara vegetación mediterránea y atlántica ponían a prueba al orientador que debía ser, por necesidad, completo porque el circuito se presentaba entretenido en lo técnico y con un punto desmoralizante en lo físico. Este panorama es el que se encontraron Ainara Flórez-Estrada, Óscar Hernáiz y Miguel Ferrero; el quinto puesto de la primera le permiten seguir persiguiendo el pódium en Liga Norte, los otros dos mostraron, amigos míos, una tarjeta pobre.
